Las fuerzas de Estados Unidos se van de al-Tanaf… y de Siria: Rusia permanece en el Levante.

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Por Elijah J. Magnier: @ejmalrai

Traducción de J.M

Los asesores rusos que han visitado la capital siria, Damasco, se muestran confiados en que las fuerzas de Estados Unidos abandonarán al-Tanaf y también completarán su repliegue total del norte de Siria (al-Hasaka y Deir Ezzor) en los próximos seis meses.

De acuerdo con los grandes encargados de tomar decisiones establecidos en Damasco, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, está presionando a su administración para aprobar un plan (ya preparado) de repliegue total. A pesar del limitado conocimiento de Trump de la política exterior, y de que ha sido advertido de las consecuencias de su decisión en la arena internacional, no ha encontrado elementos convincentes -De acuerdo con la fuente, que pidió permanecer anónima- en la presentación de su administración donde las fuerzas de Estados Unidos podrían beneficiarse de la continuación de su presencia en un entorno hostil y sin sufrir ataques en el futuro.

El mayor miedo de Trump sería ver a las fuerzas especiales americanas desplegadas en el norte de Siria e Iraq volviendo a casa en bolsas de plástico. Sería muy difícil para él ofrecer cualquier explicación que justificase la ocupación de Estados Unidos en el Levante después de la derrota del Estado Islámico, o lo que queda de él en Siria e Iraq.

Además, Trump se ha dado cuenta de que la hostilidad en contra de sus fuerzas en Iraq va en aumento. Las Fuerzas de Seguridad Iraquíes, Hashd al-Sha´bi, juraron venganza contra los Estados Unidos tras la destrucción por parte de aviones de origen desconocido (presumiblemente israelíes) de sus puestos de mando y control en la frontera sirio-iraquí, cuyas órdenes específicas eran detener y destruir a los grupos de terroristas del Estado Islámico que cruzan desde Siria a Iraq.

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Las fuentes creen que el presidente Trump no está preparado -A pesar de su pasional apoyo a Israel- para ver a las tropas estadounidenses pagar el precio del juego al que Israel lleva jugando durante décadas. Israel está acostumbrado a encajar golpes como consecuencia de sus acciones contra sus vecinos.

Las fuentes rusas envueltas en la preparación de la cumbre entre Trump y Putin, que se espera tenga lugar este mes en Europa, creen que el presidente ruso puede ofrecer suficientes garantías al presidente de los Estados Unidos para abandonar el Levante antes de que los americanos se queden atrapados en el atolladero sirio-iraquí. La clave para conseguir este objetivo, para Trump, es conseguir los suficientes elementos que garanticen la seguridad de Israel, en su mente, que no haya tropas iraníes o de Hezbollah desplegadas en la línea de separación de 1974. Pero por supuesto, Rusia no puede ofrecer ninguna garantía acerca de que Siria no reclame la recuperación de los Altos del Golán, ocupados por Israel.

De hecho, Damasco no está preocupado en ofrecer ningún tipo de garantía a los israelíes. Sin embargo, ya que el gobierno central sirio no necesita tropas de países aliados desplegadas en el país una vez que todo el territorio sirio ocupado desde 2011 sea liberado (incluido el norte), el presidente sirio Bashar al-Assad, puede garantizar el control del Ejército Sirio en todo el país. La única excepción permanece en las fronteras entre Líbano y Siria, donde la estrecha colaboración con las fuerzas sobre el terreno es necesaria desde los dos lados para impedir el contrabando de armas y el tránsito de yihadistas a lo largo de la frontera.

Rusia considera que Estados Unidos e Israel han aceptado la derrota de la política de “cambio de régimen” en Siria y que su intento fallido, después de 7 años de guerra, ha fortalecido al “Eje de la Resistencia” a pesar de los miles de millones de dólares gastados en intentar eliminar a Siria de ese eje. Además, es consciente que fue la administración Obama la que permitió al Estado Islámico crecer sin una intervención oportuna para detenerlo, creando una fuerza local en Iraq hostil a los Estados Unidos.

El stablishment americano teme que su presencia sobre suelo sirio en las fronteras con Iraq pueda crear más daño a las relaciones estadounidenses-iraquíes, que todavía están bajo control con el primer ministro Haidar Abadi en el poder. La amenaza lanzada por Kataeb-Hizballah Iraq contra las tropas estadounidense y mencionada por el líder del Hezbollah libanes Sayed Hasan Nasrallah ha creado una seria preocupación entre el personal militar de Estados Unidos y el liderazgo político, cuyo objetivo es evitar la experiencia de 2003-2011 (ser atacados tanto por los chiíes como los sunníes durante la ocupación estadounidense de Iraq).

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Por otro lado, el stablishment de Estados Unidos, está preguntando a Rusia sobre su apoyo al “acuerdo del siglo” iniciativa relacionada con los palestinos. Rusia cree que se trata de una maniobra de Estados Unidos e Israel para cambiar Siria por Palestina y que no es realista. Rusia no tiene poder para imponer a los palestinos un acuerdo que todavía no ha nacido. Además, si los rusos despliegan fuerzas regulares en Siria y ponen a Assad fuera del “Eje de la Resistencia”, los rusos estarían sosteniendo una carta muerta. La importancia de Siria reside en sus fronteras con Israel, sus conexiones con los palestinos y tanto con Irán como con Hezbollah. Si Rusia termina con esta posición privilegiada de Siria en Oriente Medio, Moscú estaría controlando un país sin ningún punto de apoyo.

Tanto Estados Unidos como Rusia saben que Trump está impaciente ante la espera de que su stablishment acepte el repliegue de sus fuerzas en Siria. Por lo tanto, no hay necesidad de hacer ninguna concesión, ya que Rusia no está en una posición de tener que cumplir. Moscú quiere mantener una buena relación con Washington – Tal y como muchos oficiales han transmitido tanto a Damasco como a Teherán. Además, Rusia y Estados Unidos son conscientes de que las fuerzas de la resistencia siria e iraquí únicamente necesitan un objetivo que perseguir en los próximos años: Atacar a las fuerzas estadounidenses.

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