La guerra del Mossad israelí y el servicio de inteligencia de Hezbolá: C.I.A 3/3

Escrito por – Elijah J. Magnier:

Cuando un agente solicita trabajar con el Mossad o con la CIA, su encargado o el oficial del caso le pide información rutinaria y recopilada previamente de distintas fuentes para garantizar la exactitud de su información y su capacidad para acceder a los conocimientos que buscan los servicios de inteligencia. En una fase avanzada posterior, cuando se confirma el acceso del agente a la información, los servicios de inteligencia le someten a la prueba del detector de mentiras, que es posible -como se ha demostrado- eludir y engañar con la formación adecuada. Diversos servicios de inteligencia han recopilado a lo largo del tiempo información sobre Hezbolá. Sin embargo, la información debe actualizarse constantemente debido al desarrollo del armamento y cada vez que se detiene o detecta a un agente con acceso a una unidad o información sensible. Israel bombardeó muchos convoyes de Hezbolá en Siria de camino a Líbano cada vez que Tel Aviv se enteraba de la llegada de nuevas armas. Esto ha empujado a Irán y al “Eje de la Resistencia” a fabricar sus armas localmente con el apoyo de la tecnología iraní. Israel quiere conocer la ubicación de estos almacenes para enriquecer su banco de datos y destruirlos el día de la batalla designada.

Además, el Mossad y otras agencias de inteligencia occidentales y árabes activas en Líbano, a través de sus amigos, aliados y reclutas, tratan constantemente de averiguar el paradero del Secretario General de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah. El objetivo es intentar secuestrarlo o matarlo porque constituye la columna vertebral del “Eje de la Resistencia” y un experto en guerra psicológica. Israel ha intentado -y seguirá intentando- dar con el paradero de Sayyed Nasrallah. Recientemente ha reclutado a un agente que cayó en su trampa y trabajaba en el sector de la información electrónica para rastrear el lugar de transmisión desde el que el líder de Hezbolá emite cuando aparece en directo en televisión.

Esto indica el fracaso del Mossad y de sus servicios de inteligencia aliados a la hora de conocer el paradero de Sayyid Nasrallah para asesinarlo. Por otra parte, también revela lo avanzada que está Hezbolá en sus capacidades tecnológicas para impedir las brechas electrónicas de las capacidades más sofisticadas de los servicios de inteligencia. La colaboración entre los servicios de inteligencia contra Hezbolá no es sorprendente, ya que figura en la lista de terroristas. Además, a muchas naciones les interesa derrotar al “Eje de la Resistencia” y dirigir un golpe moral a Irán. Una de las principales razones de la guerra en Siria fue romper la cooperación entre Irán y Hezbolá, en la que muchos Estados occidentales y árabes colaboraron con el mismo objetivo.

Un ejemplo de esta colaboración quedó al descubierto antes de la invasión de Líbano en 1982, cuando Ariel Sharon, entonces ministro de Defensa, viajaba por las calles de Beirut en un coche diplomático italiano antes de que comenzara la invasión israelí de Líbano.La CIA figura en la lista de servicios de inteligencia activos en Líbano. De hecho, uno de los funcionarios más críticos de Hezbolá que reveló algunos de sus secretos trabajaba para el servicio de inteligencia estadounidense. Muhammad Qassem Al-Hajj (Abu Turab), que murió en 2021 tras sufrir un cáncer que se extendió por todo su cuerpo, fue liberado para morir en su casa tras más de diez años en la cárcel de Hezbolá. Al-Hajj facilitó a la CIA toda la información de que disponía sobre los campos de entrenamiento y la lista de todo el personal de Hezbolá en su calidad de jefe de la unidad de entrenamiento más extensa de 

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