Erdogan no se opone al control de Damasco sobre al-Hasaka, pero los kurdos deben elegir entre la lealtad a Siria o la derrota de Turquía

Elijah J. Magnier: @ejmalrai

Traducción: Raúl Jimeno

Tras la decisión del presidente Trump de retirar las fuerzas estadounidenses del noreste ocupado de Siria, los kurdos de al-Hasaka han estado negociando durante los últimos dos días con el gobierno de Damasco sobre cómo evitar una posible invasión turca de la provincia. El general sirio Ali Mamlouk, el asesor especial de seguridad del presidente sirio, dice que “está hablando con la delegación kurda para encontrar la forma para que el ejército sirio despliegue sus fuerzas a lo largo de las fronteras con Turquía y, en consecuencia, detenga una posible invasión turca del noreste de Siria ”, confirmó una fuente encargada de la toma de decisiones en la capital siria, Damasco.

Según la fuente, al inicio de la negociación, la delegación kurda repitió su mantra familiar: pedir al Ejército Árabe Sirio que proteja las fronteras sirias de los turcos, pero que también permita que el YPG kurdo mantenga su organización militar separada dentro de la provincia de Al Hasaka. Damasco rechazó esta propuesta y, en cambio, propuso un estatus especial para la administración kurda dentro de Siria, abriendo el camino para que los miembros del YPG se unan al Ejército sirio en un contingente especial kurdo y árabe.

Según la fuente, “no habrá otro ejército en el territorio sirio, solo el Ejército árabe nacional sirio”, fueron las instrucciones del presidente Bashar al-Assad a la delegación siria que dialogó con los kurdos.

Sobre la posibilidad de que las fuerzas turcas avancen hacia Manbij y realicen un despliegue masivo en la provincia limítrofe, la fuente confirmó que “Rusia informó al presidente Erdogan de que no aceptará ninguna entrada en la provincia y que dependerá del ejército sirio el desplazarse a la zona si Estados Unidos retira sus tropas de la zona ocupada ”.

Está claro que Erdogan, mientras reúne sus propias fuerzas y sus aliados sirios (el Sultán Murad del Escudo del Éufrates, Noureddine Zinki, Jaish al-Islam y otros), mantiene sus opciones abiertas. Si Estados Unidos no se retira, Turquía se mudará a Manbij. De lo contrario, el presidente turco parece estar en armonía con la decisión rusa, reacio a estropear el fuerte vínculo y la relación estratégica que ha construido tanto con Irán como con Rusia en el último año. El presidente turco acordó con Rusia esperar unos meses antes de actuar contra los kurdos. No puso ninguna objeción al desplazamiento del ejército sirio a al-Hasaka, siempre que los kurdos estuvieran desarmados.

Desde hace algún tiempo los kurdos en al-Hasaka han estado protegiendo a las fuerzas estadounidenses, no más de 4000/5000 hombres en una región de unos 5000 kilómetros cuadrados, de los ataques de ISIS, tribus árabes y aliados del estado sirio. Los mismos kurdos ahora parecen estar dispuestos a permitir que el contingente local del ejército sirio se haga cargo de al-Hasaka y que sus militantes se conviertan en los “súbditos leales” de Damasco. Es posible que finalmente hayan aprendido la lección, que el establishment de los EE.UU. no es un socio estratégico seguro ni fiable. Hasta ahora, los kurdos habían estado preparados para confiar en cualquier país extranjero, incluido Israel, para proporcionarles la independencia, en lugar de permanecer leales a Siria, el país que los ha albergado durante décadas. Los kurdos no tienen más amigos que las montañas y no son leales a Siria.

No obstante, el Ejército sirio definitivamente colaborará con los kurdos para sofocar ISIS, lo que queda de las fuerzas estadounidenses que se extienden a lo largo del lado este del Éufrates, entre dos puntos a cada lado del Éufrates. Hay pocas dudas de que el Pentágono empujó deliberadamente a ISIS a lo largo del río para enfrentar al Ejército sirio y sus aliados. El objetivo era crear una “zona de separación” de protección de ISIS entre las fuerzas estadounidenses y el ejército sirio. Además, la presencia de ISIS a lo largo del Éufrates, en el lado este, es en sí misma una invitación a la insurgencia contra cualquier intento sirio de abrir la ruta terrestre comercial entre Siria e Irak a través de Albu Kamal.

Hoy, los kurdos están más debilitados que nunca y pueden haber perdido la posición privilegiada que tenían bajo la protección de los Estados Unidos. Si se implementa esta retirada de EE.UU. caerán en manos de Turquía (su derrota en el enclave de Afrin aún está viva en su memoria) o tendrán que aceptar los términos propuestos por Damasco. El establishment de EE.UU. confirma una vez más a sus socios su regla de oro: frente a los intereses de EE.UU. todas las asociaciones y alianzas son prescindibles.

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