
Cómo las políticas de Trump-Netanyahu en el Medio Orienten ayudan a Irán
Por Elijah J. Magnier: @ejmalrai
A través de su política exterior fallida, Estados Unidos sin querer y sin darse cuenta se ha vuelto en el principal apoyo del Eje de la Resistencia dirigido por Irán. Junto a Israel, Washington, de hecho, está alentando globalmente a que países se rebelen contra su dominio. Israel efectivamente contribuyó a la creación de Hezbolá al invadir Líbano en 1982. Estados Unidos contribuyó a la creación de Hashd al-Shaabi en 2014 cuando se negó a ayudar a Irak a derrotar al ISIS. Ambos fomentaron la creación de los grupos de resistencia siria y llevaron al presidente Bashar al-Assad a unirse al Eje de la Resistencia por sus esfuerzos en crear un estado fallido en el Levante. Y, cuando el presidente Donald Trump le ofreció los Altos de Golán bajo ocupación, Jerusalén y Cisjordania a Israel, no le dejó otra alternativa a los palestinos que la de unirse a Irán y dedicarse por completo al Eje. ¿Hay una tercera intifada en camino?
A pesar de la presencia de muchos expertos de alto nivel en la administración estadounidense, junto a numerosos centros de estudios estratégicos y think tanks, Washington demuestra una y otra vez su conocimiento limitado de las dinámicas del Medio Oriente y su cultura local. El devastador efecto de su política exterior está uniendo a muchos países y grupos en el Medio Oriente bajo el paraguas de Irán contra las decisiones y operaciones de Estados Unidos-Israel.
El primer ministro Benjamin Netanyahu ha dicho en varias ocasiones que es el “consigliere” de Donald Trump en materia de violación de la legislación internacional y ya han acordado formas de entenderse. Netanyahu le aconsejó a Trump a que revocara ilegalmente el acuerdo nuclear con Irán (conocido como JCPOA, por sus siglas en inglés), el permitirle a Israel anexiarse los Altos del Golán, el reconocer a Jerusalén como la “única capital de Israel”, el asesinar al General de Brigada iraní Qassem Soleimani, y, más reciente, el permitirle a Israel “el robo del siglo” (la anexión de Cisjordania).
Para complacer a un poderoso lobby israelí en los Estados Unidos, ganando votos de los judíos israelí-estadounidenses, Trump ha violado todas las lecyes internacionales, ofreciéndole lo que no era suyo a Israel. Netanyahu apunta a darle domésticamente un impulso a su imagen debilitada: está siendo acusado de corrupción y puede ir a la cárcel de perder su puesto como Primer Ministro. Al Primer Ministro no le importa la seguridad de los israelíes o la reacción de Irán, Siria, y los palestinos que hoy están más unidos que nunca en relación a su enemigo en común (Israel), pero todavía lejos de estar unidos entre ellos.

El presidente Mahmud Abbas está suspendiendo toda forma de colaboración con los estadounidenses y los israelíes, particularmente en los asuntos de seguridad más sensibles compartidos con la CIA: Abbas se negó a hablar con Trump al teléfono porque Estados Unidos ya no es considerado de ninguna manera un socio para la paz. Este paso, aunque tarde, pudiera apuntar en dirección hacia la tercera intifada, acercando el día en que Israel avanzará en la confiscación de más territorio palestino en la orilla occidental y expulsando a más palestinos a Gaza, Jordania u occidente. Esta fecha no está lejos, y probablemente llegue este verano. La autoridad palestina en Cisjordania prometió oprimir cualquier alzamiento civil (palestino), incluso a pesar de que la colaboración con los israelíes se ha suspendido. ¿Pero por cuánto tiempo podrá el presidente Abbas contener la reacción natural del pueblo ante las ilegalidades israelíes?
Incluso la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) está ahora al tanto de que Israel sólo entiende el lenguaje de la fuerza: no tiene intención alguna de darle un estado a los palestinos y estaba preparando un puente entre Cisjordania y Gaza para transferir a sus habitantes del primero al segundo: una segunda Nakba. Sin dudas Israel quiere anexionarse Cisjordania pero también necesita deshacerse de los palestinos que viven ahí.
La toma blanda de más territorio palestino se orienta a crear una nueva generación en el Medio Oriente, cristianos y musulmanes, despreocupados sobre el derecho al retorno de los palestinos (la resolución 194 del Consejo de Seguridad) y el derecho a retomar los territorios de sus ancestros usurpados en 1948. Para los palestinos, es importante mantener la historia viva en la memoria de todas las generaciones porque hay millones de ellos que viven como refugiados, sin identidad, en Jordania, Siria, Líbano y otras partes del Medio Oriente. Occidente ha sido expedito en proveer de pasaportes occidentales a refugiados palestinos para alentar a la nueva generación a que se olvide de Palestina y su derecho al retorno. Es así cómo Trump-Netanyahu apoyan al Eje de la Resistencia liderado por Irán y su proyecto de rebelarse contra la hegemonía de los Estados Unidos en el Medio Oriente.
Al ser confrontados con el hecho de la confiscación del territorio palestino, los israelíes tuercen sus argumentos de acuerdo a las circunstancias. Ben-Gurion, el padre de la Haganah y primer Primer Ministro de Israel, declaró haber tomado la tierra luego de haber sido atacado por las naciones árabes. Israel construyó su fuerza con la ayuda de la primera organización terrorista, el Irgun (1937-1948), que perpetró en 1946 el primer “acto de terror” contra el Hotel Rey David matando a 90 personas, y la masacre de Deir Yassin de 1948, matando a 107 árabes palestinos. Efectivamente, los actos terroristas de Irgun están bien documentados y condenados en los estudios de contraterrorismo como “terrorismo premiado que funciona”, porque condujo a la creación de un estado encima de cadáveres palestinos y sobre la tierra de sus descendientes.

Los poderosos medios israelíes que influencian a nivel mundial han logrado aplastar de la memoria del mundo las atrocidades cometidas en Palestina. Aquí hay algunas que no deben olvidarse:
En diciembre de 1947, la Haganah irrumpió en Balad al-Sheikh (Tall Ghanan) y masacró a 600 civiles. Las órdenes de la unidad asaltante fueron las de asesinar “el máximo de adultos”, escribe Benny Morris, profesor israelí de historia en la Universidad Ben-Gurion en el Negev. Muchos de los cuerpos fueron encontrados en sus casas. Cuatro meses después, la Haganah atacó Deir Yassin, destruyó hogares árabes, y mató a alrededor de 360 palestinos, principalmente mayores, mujeres y niños. El historiador Illan Pappe ha documentado que Deir Yassin fue apenas una de las aldeas palestinas que destruyeron de esta forma.
Un mes después, en enero de 1948, la aldea de Abu Shusha fue atacada por la Haganah matando de 30 a 70 palestinos. Tres meses después, en mayo, la Brigada Iskandaron 33 atacó el pueblo de Tantura, matando a 90 personas que fueron enterradas en una fosa común que hoy en día es un estacionamiento en Haifa. Los habitantes que sobrevivieron fueron expulsados. El mismo mes de mayo, el Batallón Giv’ati 51 tomó Sawafir al Sharqiya y Sawafir al Gharbiyya. Benny Morris dice que los israelíes tenían una sola orden: “Expulsar al enemigo de las aldeas… limpiar la primera línea… conquistar los poblados, despojarlos de sus habitantes, las mujeres y los niños también tenían que ser expulsados, tomar varios prisioneros y quemar el mayor número de casas”.
Unidades de la Brigada Negev asediaron al Muharraqa y Kaufakha, al sur de Burayr, desterrando a sus habitantes. Beit Tima, al norte de Burayr fue atacada por el 7mo Batallón de las Brigadas Negev, matando a 20 árabes. La Brigada Negev atacó Huj, a siete kilómetros al sur de Burary a pesar de que sus habitantes eran considerados amistosos y escondieron a los hombres de la Haganah de la red policial británica. La propia Haganah expulsó a la gente, saqueó y luego voló las casas. En todas partes las ordenes eran “matar, expulsar a los sobrevivientes y demoler todas las viviendas”. Las mismas órdenes que incluso se dan hoy en día; el exterminio étnico israelí nunca cesó.
En octubre de 1953, Ariel Sharon atacó el pueblo de Qibyah y explotó todas las casas mientras que sus habitantes se escondían dentro, matando a 56. En 1956 Israel atacó Qalqiliya matando a 70 personas. En el mes de octubre del mismo año, Israel cometió la masacre de Kafar Qassem en Toul Qarm, matando a 49 palestinos. En noviembre, Khan Yunis, al sur de Gaza, fue atacada siendo asesinados 250 palestinos. Seis días después, una segunda oleada de ataques mató a 275. En 1990, soldados israelíes abrieron fuego dentro de la Gran Mezquita de Jerusalén matando a 21 civiles. En febrero de 1994, Baruch Goldstein se escondió detrás de una columna del Santuario de Abraham (al-Haram al Ebrahimi) y mató a 29 (adicionalmente 9 civiles fueron asesinados por el ejército israelí que erradamente creían que los judíos estaban siendo atacados) e hirieron a 28 entre aquellos que fueron a rezar antes de la salida del sol. Goldstein hoy es recordado en Israel donde su tumba ahora es un lugar de peregrinación.

Cada acción o ataque israelí fue perpetrado para persuadir a los palestinos de que abandonen sus territorios. En 1948, 750.000 palestinos escaparon por temor a ser exterminados, permitiéndole a sus perseguidores el ubicar a judíos que vinieron a Palestina de todas partes del mundo para robar sus hogares y construir nuevas viviendas sobre las tierras que son de los palestinos.
Aquí no termina el éxodo de los palestinos: el presidente Trump le dio a Israel lo que no le pertenece, y los medios del mundo no se atreven a escribir la verdad por temer perder sus trabajos o ser severamente atacados por los al parecer todopoderosos y bien organizados lobbys israelíes en el mundo. Esto es así sólo porque los palestinos de Cisjordania acordaron bajar las armas y cesaron la resistencia armada contra las fuerzas de ocupación.
Docenas de Resoluciones de las Naciones Unidas fueron pronunciadas condenando los actos israelíes en Palestina, pero sin ningún resultado. Están las resoluciones 57, 59, 101, 194, 237, 248, 265, 271, 317, 468, 469, 573, 592, 605, 607, 608, 611, 636, 641, 672, 673, 681, 694, 726, 799, 3414, 3516 y muchas más en relación a Palestina, pronunciadas entre 1947 y 2016, todas rechazadas por Israel. Naciones Unidas condenóla “persistente violación de la Convención de Ginebra, las políticas y prácticas israelíes, la anexión de partes de los territorios ocupados, la destrucción y demolición de hogares árabes, la confiscación y expropiación de propiedades árabes, la deportación, expulsión, negación del derecho al retorno, arrestos masivos, detenciones administrativas y el maltrato a la población, el pillaje de propiedad arqueológica y cultural, la interferencia con la libertad religiosa, la explotación ilegal de las riquezas naturales, el cambio de la composición demográfica”
A Israel no le importan los acuerdos de Camp David u Oslo. Oslo favoreció Israel ya que forzó a la OLP a abandonar las armas y la lucha armada. Israel quiere ocupar toda Palestina, con la excepción de Gaza, donde nació la resistencia y donde los palestinos decidieron pelear. Irán ahora se ha movido para apoyar a la causa palestina incondicionalmente. Oficiales iraníes le dijeron a los palestinos que Teherán apoya todos sus esfuerzos.

Los palestinos, en particular Hamas, se salieron del rumbo por muchos años durante las guerras en Irak y Siria. Muchos de los militantes de Hamas fueron bombarderos suicidas en Irak peleando contra los chiíes, aunque habían sido entrenados por Irán y sus aliados para combatir por la liberación de su territorio. En Siria, muchos palestinos pelearon junto al ejército sirio, pero muchos más lo hicieron del lado de al-Qaeda y el “Estado Islámico”, ISIS. Hamas apoyó a la oposición siria y se puso del lado de Qatar, uno de los principales financistas del proyecto del estado fallido sirio.
Sin embargo, con la caída del “Nuevo Medio Oriente” y la victoria del gobierno central de Damasco junto a sus aliados, Israel fracasó en su intento de hacer del ISIS la fuerza dominante en Siria. La dirección palestina revisó sus errores y decidió remover a aquellos responsables de desviar el rumbo de Palestina a Siria e Irak.
Irán nunca cesó su apoyo financiero a los grupos palestinos trabajando para recuperar su territorio y enfocados en Palestina, en vez de Siria o Irak. Irán le explicó a los palestinos que la era en la que algunos grupos eran “pistoleros a sueldo” se acabó y que el regreso al camino de palestina no puede ser ni olvidado ni intercambiado. Los palestinos invirtieron tiempo, dinero y miles de hombres en conflictos internos y guerras en Jordania, Líbano y Siria.
Hoy, Hamas y la mayoría de los grupos palestinos presentes en Gaza han unificado su sala de operaciones militares para pelear juntos contra cualquier intento israelí de imponer una nueva regla de combate Ahora se le impone a Israel la disuasión de los palestinos: Tel Aviv será bombardeada si atacan Gaza o la asfixian amenazando la supervivencia de sus habitantes. El espíritu de los comandantes palestinos caídos mientras peleaban contra las fuerzas de ocupación, Izz ad-Din al-Qassam, Yahya A’yash y Muhammad (Abu Khaled) al-Da’if han revivido.
Esto ha llevado a Israel ha volcarse en la parte más débil de Palestina, la OLP y Cisjordania donde su presidente, a diferencia de Gaza, no cree en la lucha armada para volver a los territorios ocupados por la presión de la resistencia armada. Este es el por qué Israel no encuentra razón alguna para ofrecerle cualquier concesión a la OLP, y forzará a los palestinos a irse de sus hogares, una práctica que los israelíes han dominado desde 1940. Los controles de seguridad, la economía, los permisos de construcción, el agua y todo en Cisjordania desde 1967. La colonización nunca cesó y a Israel no le importa la reacción internacional porque alega que domina los medios mainstream a nivel mundial.
Cuando el Imán Jomeini llamó a que el último viernes del mes sagrado del Ramadán se celebrase el “Yum al-Quds”, el “día de Jerusalén”, dijo que “Palestina no le pertenece a los palestinos o a los árabes o a los musulmanes o a los cristianos. Le pertenece a aquellos dispuestos a adoptar la lucha contra la injusticia y contra los opresores”.
La única vía que le queda a los palestinos es rendirse, o imponerse a sí mismos lo que Líbano le ganó a Israel en el 2000: una salida incondicional (de Israel del Líbano) luego de 18 años de resistencia armada. El precio fue alto pero la cosecha fue rica y estratégica. Hoy, las opciones de los palestinos en Cisjordania son muy limitadas: no tiene sentido el apoyarse en la comunidad internacional o las Naciones Unidas para cambiar la dirección de los planes de Israel de anexarse Cisjordania y expulsar a los palestinos. Ahora los palestinos tendrán que irse, todos, o quedarse y pelear. Una tercera intifada toca las puertas e Irán estará ahí y la apoyará.
Traducción: Diego Sequera
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