Estados Unidos se queda con una Europa débil que ha perdido su determinación.

Escrito por – Elijah J. Magnier:

Al comienzo de la guerra ruso-estadounidense en suelo ucraniano, todos los indicios apuntaban a que Estados Unidos de América sería el mayor vencedor. Fue capaz de reunir a Europa Oriental y Occidental bajo su manto, resucitar a la OTAN y forzar a Rusia a una larga y agotadora batalla con la esperanza de doblegar su voluntad y su economía. Para Estados Unidos, no perdió ni un solo soldado y disfrutó viendo cómo Ucrania estaba dispuesta a sacrificar a cientos de miles de ucranianos para mantener “América primero” y proteger su dominio y su hegemonía mundial. Occidente se preparaba para absorber los resultados de la batalla y recoger los recursos naturales de Rusia, pensando que se acercaba la victoria. Sin embargo, la situación ha dado un vuelco y ha tomado una dirección diferente a la que Occidente esperaba y le gustaba. No sólo la firmeza de Rusia ha vuelto a barajar las cartas, sino que Estados Unidos ha conservado el control de una alianza que ha perdido su voluntad y es internamente frágil y más débil que nunca. El resultado es estrecho.

Europa ya no es tan fuerte e independiente como antes de la guerra continental entre Rusia y Estados Unidos en Ucrania. La neutral Finlandia se unió a la OTAN para ampliar el frente occidental antirruso miles de kilómetros en sus fronteras occidentales y convertirse en el 31º país en unirse a la organización militar liderada por Estados Unidos. Esto ha provocado el retorno de la carrera armamentística, como demuestra la decisión de Rusia de desplegar fuerzas de misiles nucleares en Bielorrusia, que ha desafiado a Occidente en su conjunto. Se calcula que 100 armas nucleares estadounidenses están almacenadas en seis bases de cinco Estados miembros de la OTAN: Kleine Brogel en Bélgica, la base aérea de Büchel en Alemania, las bases aéreas de Aviano y Ghedi en Italia, la base aérea de Volkel en Holanda e Incirlik en Turquía.

Europa Occidental -la mayoría de los países de Europa Oriental, salvo Hungría, llevan mucho tiempo bajo el dominio de Estados Unidos- ha perdido su neutralidad y su fuerza y ya no toma decisiones que redunden en interés de su población y su economía. Esto la ha debilitado significativamente a los ojos de EEUU y del resto del mundo. Pero Occidente se encuentra ahora en una posición muy diferente a la que tenía antes de la guerra de Ucrania.

Alemania

Alemania ha anunciado que ha comenzado a construir un ejército avanzado y una industria armamentística para luchar en las guerras modernas. Se han destinado 200.000 millones de euros a este movimiento como un paso hacia el armamento europeo. Ha disfrutado de una época dorada desde la Segunda Guerra Mundial, interrumpida por la guerra de Bosnia-Herzegovina en los años noventa. Sin embargo, no cambió la política europea como la actual guerra en curso en Ucrania.

El canciller Olaf Scholz lleva anunciando decisiones contradictorias desde febrero del año pasado, lo que demuestra la debilidad de su liderazgo y su incapacidad para hacer frente a la influencia estadounidense. Al comienzo de la guerra, el canciller alemán anunció que su país no podía prescindir de las fuentes de energía rusas y que la relación con Rusia era esencial y equilibrada. También dijo que no suministraría armas ni tanques Leopard 2 a Ucrania.

Sin embargo, sus concesiones empezaron a notarse cuando la Casa Blanca -y no Berlín- decidió cerrar sin objeciones el gasoducto Nord Stream 2, que posteriormente fue saboteado. Más tarde, Berlín no exigió que se incluyera en la investigación a todos los países que invertían en Nord Stream 2 para evitar lo que algunos funcionarios europeos calificaron de “realidad incómoda”. Ante la insistencia de EEUU, Alemania ha accedido a enviar sus tanques -lejos de cambiar el curso de la encarnizada batalla en Ucrania- a pesar de su anterior negativa. En su lugar, el apoyo de Alemania a Ucrania, al igual que el bombardeo del gasoducto Nord Stream, tiene como objetivo cortar los puentes de retorno entre Rusia y Europa para que EE.UU. pueda ser el único juez de las reglas de enfrentamiento, guerra y paz en Europa.

La ex canciller alemana Angela Merkel ha tenido diversas interacciones y compromisos a lo largo de su carrera política con Estados Unidos y su política exterior. Aunque en general Merkel ha mantenido buenas relaciones con Estados Unidos, ha habido ocasiones en las que se ha mostrado crítica con la política exterior estadounidense. Ha criticado políticas estadounidenses concretas cuando entran en conflicto con los intereses alemanes y europeos.

Subscribe to get access

Read more of this content when you subscribe today.

Advertisements
Advertisements
Advertisements