Por Elijah J. Magnier: @ejmalrai
Traducción de J.M
Se lanzaron muchas especulaciones y muchos comentarios de resultados positivos acerca de un “acuerdo secreto” presuntamente ocurrido durante la reunión entre el presidente ruso Vladimir Putin y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu la semana pasada en Moscú. Los medios israelíes lo describieron como exitoso, al igual que las últimas visitas (tres en los últimos seis meses). Sin embargo, las fuentes rusas dicen lo contrario, a pesar de los indicios de positividad que mencionó Putin. Estas sugerencias fueron exageradas e interpretadas por Netanyahu como “un logro”.
Enviados rusos informaron al liderazgo sirio sobre los pormenores de la visita de Netanyahu, afirmando los puntos positivos que Putin le concedió a su invitado israelí:
- El presidente ruso recibió al primer ministro israelí calurosamente y enfatizó la buena relación existente entre los dos líderes. Dijo que reconocía la línea de separación de 1974, que ha sido respetada por el gobierno de Damasco durante más de 40 años.
- Putin declaró que entendía la preocupación israelí por la presencia iraní en Siria.
- Putin transmitió a su invitado que cualquier discusión sobre la presencia iraní en Siria debía ser pospuesta hasta que el terrorismo fuese derrotado en Siria, sobre toda su geografía.
- Putin le dijo a Netanyahu que entendía que los iraníes no estaban interesados en seguir en Siria una vez que hubiese pasado el peligro para el gobierno sirio y cuando todo el territorio sirio, hasta la última franja, fuese liberada.
Fuentes dentro del liderazgo sirio dijeron que el presidente ruso “fue claro con el primer ministro israelí acerca de que sus preocupaciones serán pospuestas hasta que se haya acabado con el asunto del terrorismo”. “Si los terroristas se ocultasen en un área ocupada por Israel (los Altos del Golán), nosotros (Rusia y sus aliados) los eliminaremos uno por uno”, dijo la fuente.
Putin recordó a Netanyahu que “las fuerzas aliadas están combatiendo codo con codo con las tropas rusas distribuidas a lo largo de toda la geografía siria, por lo tanto, Moscú no está en una posición desde la cual pedir a los aliados de Damasco que cumplan con las exigencias israelíes y tener en cuenta sus preocupaciones, especialmente cuando todo el mundo sabe que Tel Aviv ha estado ayudando a Al Qaeda y a otros yihadistas, y apoyando la política de “cambio de régimen” sin haberlo conseguido.
Las fuentes confirmaron que “Israel está observando las formaciones de Hezbollah, a los asesores iraníes y a sus aliados distribuidos por todo el sur de Siria durante la batalla del sur de Siria. Estos están desplegados en una formación agresiva, para mostrar su presencia y enviar un mensaje claro a Israel de que sus amenazas no son tenidas en cuenta seriamente. Las advertencias iraníes para que Hezbollah y los iraníes estuviesen por lo menos a 80 kilómetros de sus fronteras en los Altos del Golán nunca han sido discutidas con el gobierno sirio, únicamente intercambiadas en los medios. Por lo que Damasco no está preocupado por dar ningún tipo de garantía a Israel o preocuparse por el temor israelí hacia Hezbollah o la presencia iraní con el Ejército Sirio en el campo de batalla en cualquier punto de la geografía siria. Damasco ha decidido dar comienzo a la batalla del sur de Siria sin la referencia de ningún acuerdo internacional (entre Putin y Trump).
El presidente al-Assad no limitó su provocación a la petición que hizo a Hezbollah para que incrementase su presencia militar en el sur de Siria, sino que además le hizo a la milicia libanesa un gran regalo: dos contenedores llenos de misiles antitanque americanos, TOW de 60.000 dólares cada uno, misiles franceses antitanque Milan, y más botín de guerra recogido en el sur de Siria como muestra de gratitud a sus aliados que han compartido su destino tras los largos años de guerra. Occidente y los países del Golfo suministraron grandes cantidades de armamento a los yihadistas y rebeldes a lo largo de los años de guerra. Este armamento ha cambiado de manos, primero de Al Qaeda al Estado Islámico y ahora a Hezbollah.
Durante el mismo día, Putin, recibió en su residencia de Novo-Ogaryovo a las afueras de Moscú, al enviado especial del Líder de la Revolución Islámica, Ali Akbar Velayati, que anunció una inversión de 50 billones de dólares en petróleo y gas. Una auténtica bofetada en la cara de Trump, quien había revocado el acuerdo nuclear iraní. Esto muestra la solidez del compromiso de Rusia con Irán, y el hecho de que su presencia en Siria representa una relación estratégica. Es un mensaje claro a Netanyahu de que él no es el “chico de oro” de Putin, a pesar de que este comprende las estrechas relaciones entre Estados Unidos e Israel, y lo importante que es Israel para Estados Unidos.
Israel sabe que ha perdido la guerra contra Assad, y por lo tanto está intentado salir de ella con el mínimo daño posible. Netanyahu quizá esté confiando en la cumbre de Helsinki entre Putin y Trump, quienes han acordado respetar el tratado y la frontera de 1974 en los Altos del Golán. Sin embargo, la posición del gobierno sirio no apoya ese acuerdo y su mensaje es muy claro: no habrá repliegue de las fuerzas iraníes de Siria hasta que Israel no devuelva los Altos del Golán.
Esta ecuación significa que el conflicto entre Israel y el Eje de la Resistencia está entrando en una nueva fase. Esto podría ser solo el principio.
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