
Por Elijah J. Magnier: @ejmalrai
Tras la batalla de Saraqib, como se estableció durante el memorando de protocolo firmando en Moscú entre los presidentes Vladimir Putin y Recep Tayyib Erdogan, para este domingo 15 de marzo está fechada la apertura de la autopista Saraqib-Latakia, conocida como la M4. Tras una reunión de tres días entre el ejército ruso y turco en Ankara, se supone que patrullas conjuntas de ambos países asegurarán la M4 e impedirán cualquier ataque de los yijadistas. Muchos de los grupos rechazaron el acuerdo Rusia-Turquía, y probablemente bombardeen la carretera o intenten secuestrar conductores. Todo depende de cuán decisivo sean el ejército turco y sus aliados en adherirse al cese al fuego en la zona de Idlib, y, de ser violado, cuán convincente será la respuesta rusa.
La autopista Alepo-Damasco, conocida como la M5, fue liberada mediante fuerza militar (Rusia, el ejército sirio y sus aliados) y ahora está abierta para los civiles. Sin embargo, el ejército sirio y sus aliados todavía emplean la carretera Alepo-Ithiriya-Janaser. La batalla de Saraqib forzó el acuerdo de Moscú y revivió el de Astaná 2018 que Turquía había ignorado por año y medio.
Los grupos yijadistas, incluidos Ansar al-Tawid wal-Yijad, Ansar al-Islam, Ansar al Din y Hurras al-Din (al-Qaeda en Bilad al-Sham) decidieron oponerse al acuerdo y atacar las patrullas conjuntas a lo largo de la M4. Estos grupos, junto a Abu Imara, Tansiqiyat a-Yijad y la brigada Muyajerín juraron oponerse a Rusia y a Turquía en la Idlib rural. El noreste sirio está dividido entre dos campos: uno bajo control turco, reconociendo el acuerdo Moscú-Astaná, y otro que lo rechaza.

Esta semana, una delegación militar rusa visitó Ankara para discutir con los mandos del ejército turco los procedimientos para controlar la M4. Drones armados y la Fuerza Aérea rusa estarán dispuestas para intervenir, junto a Fuerzas Especiales, para atacar cualquier intento de oponerse al control conjunto Rusia-Turquía de la M4 y lidiar cualquier presencia de yijadistas en toda la autopista.
Al-Qaeda en Siria (Hurras al-Din) emitió un audio de su emir Hammam al-Suri (Samir Jiyasi), uno de los emires notorios de al Qaeda que combatió en Chechenia, Afganistán, Irak y Siria, pidiéndole a yijadistas sirios y de otras partes a que “persistieran” en su posición, rechazando, por lo tanto, retirarse de la M4.
Abú Mohammad al-Golani -el ex emir de Isis que dirigió al Qaeda en Siria y que luego renunció para liderar su grupo, Hayat Tahrir al-Sham (antiguo al-Nusra)- le agradeció al gobierno turco “su apoyo en la última batalla”. Golani fue ambiguo sobre sus intenciones en los días por venir, cuando las patrullas conjuntas se supone que tomen el control de la M4, incluso luego de que Golani concluyó que “sólo prevalecerá el lenguaje de las armas”, señalando su voluntad de continuar la pelea.
El acuerdo de Moscú (y antes de ese, Astaná) libera la M4 del control de los yijadistas que mayoritariamente son combatientes extranjeros. Controlan las ciudades de Al-Nerab, Arihah, Jisr al Shughur y Bdama. Se dice que ahí están atrincherados. Rechazan cualquier tipo de retirada. Será una tarea turca el convencer a estos yijadistas por la fuerza o el diálogo antes del domingo 15. Sólo mediante Turquía, los yijadistas se las arreglaban para sobrevivir y recuperar alimento y municiones. Para ellos será una decisión difícil: librar una guerra contra Turquía y perderlo todo, o albergar la esperanza de que Ankara seguirá maniobrando y prolongará su presencia un año más.

Por otro lado, la delegación militar rusa que visitó Turquía días atrás dijo que la parte turca había reconocido la seriedad de la intención rusa de implementar el acuerdo de Moscú por todos los medios. De acuerdo a la delegación rusa, los turcos se dieron cuenta de que la M5 se abrió a la fuerza y que luego viene la M4 si los yijadistas no se retiran. Es para el total beneficio de Ankara el desalojar a los yijadistas de la M4 y que se atrincheren en la ciudad de Idlib. El presidente Erdogan no tiene ninguna intención de devolverle Idlib al gobierno sirio.
Fuentes cercanas al presidente Bashar al-Assad dijero que el problema no es con Turquía, sino con el propio presidente Erdogan. “Mientras Erdogan esté en el poder, persistirán los problemas entre ambos países. El presidente turco quiere dividir Siria y mantener el control del norte, en particular Idlib, porque representa la primera línea de defensa en el frente a Afrin. Si idlib es liberada, el ejército sirio tocará la puerta del norte”.
Ni Rusia ni Irán están dispuestas a comenzar una guerra con Turquía o repetir de nuevo el escenario de Saraqib. Durante la última batalla por el control de la M5 y Saraqib, la presencia del ejército turco junto a los yijadistas en el campo de batalla dejó 59 soldados y oficiales turcos muertos, tal como lo anunció Erdogan. El ejército turco estuvo a punto de ampliar el conflicto al bombardear indiscriminadamente al ejército sirio y sus aliados. El comando turco fue preso de la ira luego de la destrucción de un transporte armado de personal con un misil guiado por láser (9M133 Kornet) por aliados de los sirios, matando a todos los soldados. Turquía estaba planeando quebrar la línea defensiva en la ciudad de Talhiyah pero no lo logró, a pesar del número significativo de yijadistas involucrados en el ataque. Veinte horas antes, el secretario general de Hezbolá, Seyyed Hassan Nasrallah, ordenó el despacho de un número considerable de las Fuerzas Especiales Radwan para reforzar el frente a pesar de ser disputado por sus comandantes de campo. La maniobra de Seyyed Nasrallah evitó que cayera el frente, uno que sufrió un ataque enorme de Turquía y los yijadistas.
Irán y sus aliados enviaron un mensaje fuerte a Turquía advirtiéndole que no tenían ningún plan de enfrentarse en una guerra contra las tropas de Ankara, pero que lo harían de Turquía continuar el bombardeo de sus posiciones. Turquía concluyó que Siria y sus aliados estaban determinados a mantener toda la zona liberada y que una guerra entre Turquía contra Irán y sus socios no beneficiaría a ninguna de las partes involucradas.

Siria considera que Erdogan no perderá la esperanza con los yijadistas que obedecen sus instrucciones. Representan una reserva y un activo importante que puede usar para pelear en distintas partes del mundo, por ejemplo Egipto, Libia, Siria, Irak o donde quiera estar presente. Los yijadistas ayudan a Erdogan a asegurarse un lugar en la negociación constitucional que limitará la autoridad del presidente sirio y otras reformas.
La presencia de las fuerzas estadounidenses al noreste de siria es un problema para Rusia y el gobierno sirio, ya que su propósito es “hacerles muy difícil” derrotar a los yijadistas y “prohibir cualquier tipo de asistencia [de reconstrucción] para volver a recuperar el país”. Turquía, a diferencia del ejército sirio, es capaz de negociar la presencia de los Estados Unidos en el noreste, ocupado por ellos. Este es el por qué Erdogan le propuso a Putin administrar en conjunto los campos petroleros en la siria oriental, bajo el control estadounidense. Putin dejó la puerta abierta sin aceptar la propuesta de Erdogan. La presencia turca se ha vuelto aún más problemática que la ocupación estadounidense mientras el presidente turco esté en el poder.
De hecho, si incluso Erdogan aseveró en Moscú su disposición a preservar la unidad de Siria, siempre puede alinearse detrás de más de una excusa para permanecer. La presencia de millones de refugiados sirios internamente desplazados o la petición de algunos elementos de la población siria (aquellos leales a Turquía) por que Ankara intervenga, como lo ha manifestado en ocasiones previas, son suficiente razón para dejar a sus fuerzas en Siria. Esta es la razón por la que Rusia ha reforzado la apertura de la M5 y la M4 para acercarse lentamente hacia la ciudad de Idlib, y limitar la expansión de los yijadistas en un territorio vasto y desafiante.
En los próximos meses, Rusia y el gobierno sirio se apoyarán en el rechazo de los yijadistas del acuerdo Rusia-Turquía. Si los yijadistas se niegan a retirarse y continúan violando el cese al fuego (treinta registradas en cuatro días), habrán suficientes razones para una intervención militar cuando se agoten todas las opciones. En esta oportunidad, Turquía sólo será capaz de hacer muy poco para proteger a los yijadistas. Sea cual sea la dirección que tome este cese al fuego, la batalla de Idlib está lejos de terminar. Solamente ha sido pospuesta.
Traducción: Diego Sequera
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