
Por Elijah J. Magnier
Traducido por Eli C. Casas
Israel se benefició enormemente del gobierno de los Estados Unidos, Donald Trump, durante sus cuatro años en el cargo. Trump ha “donado” lo que no le pertenece, ha violado las resoluciones de las Naciones Unidas respecto a los Altos del Golán sirios y promovió Jerusalén como capital de Israel. Además, Trump terminó con 65 millones de dólares de financiación anual a la Agencia de Ayuda de la ONU para los refugiados palestinos, la cual proporciona ayuda a 5 millones de ellos. Su Secretario de Estado Mike Pompeo declaró que los asentamientos judíos de Cisjordania “no eran inconsistentes con el derecho internacional“.
Siguiendo el consejo del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el presidente de los Estados Unidos se retiró del acuerdo nuclear de 2015, conocido como el JCPOA. Israel se sintió protegido por Trump, aprovechó la oportunidad y alardeó sobre que haber bombardeado Siria más de 360 veces, realizado ciberataques, sabotajes y asesinatos en Irán. Trump puso a sus tropas bajo amenaza inminente en Irak al permitir que Israel bombardeara posiciones iraquíes y matara a más de 18 oficiales de seguridad y destruyera ocho almacenes.
Por último, la administración estadounidense promovió una normalización de diversos de Oriente Medio con Israel, porque “la causa palestina ya no es una prioridad para muchos líderes” (como asumen erróneamente los analistas). Israel nunca ha sido un paria regional en Oriente Medio y siempre ha mantenido relaciones no-públicas con muchos estados árabes y del Golfo. Concretamente, ¿cómo se benefició Israel del apoyo incondicional de Estados Unidos? y ¿qué ganancias, si las hubiera, obtuvo Netanyahu para sí mismo e Israel?
Trump le ofreció todos estos regalos, considerados ilegales por muchos países del mundo, a Netanyahu. Israel ya ocupa los Altos del Golán sirio y no piensa devolverlos. Además, la Asamblea General de las Naciones Unidas condenó el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel, 128 países votaron en contra de la decisión de Trump, desafiando a los Estados Unidos. Por tanto, Israel no adquirió ningún beneficio adicional con respecto a los territorios ocupados y el estatus de Jerusalén: la ONU considera a Jerusalén Oriental como parte de los territorios palestinos ocupados. Todo el ruido alrededor de la celebración y los movimientos de los EE.UU. hacia Israel era folclore sin sustancia.
Trump siguió el consejo de Israel al retirarse unilateralmente del acuerdo nuclear con Irán, conocido como el Plan de Acción Conjunto Comprensivo (JCPOA), firmado por el presidente Barack Obama en 2015, aprobado por la ONU (Resolución 2231) y todos los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Israel se alegró de ver a los EE.UU. imponiendo duras sanciones a Irán, su enemigo acérrimo. Pero ¿qué ha logrado Israel? Irán ha anunciado este mes que ha vuelto a enriquecer el 20% de uranio en el emplazamiento nuclear de Fordow y ha seguido apoyando a sus aliados en Líbano, Siria, Irak, Yemen y Palestina con misiles de precisión, drones y dinero para hacer frente a Israel. Es cierto que Irán sufrió mucho con las sanciones. No obstante, Irán no dejó de financiar a sus aliados con lo que necesitaban para mantenerse fuertes, sin elementos superfluos. Irán está esperando que el presidente-electo Joe Biden tome el relevo dentro de un par de semanas, cumpla sus compromisos y reinstale el acuerdo nuclear. Sin embargo, si Biden no cumple su promesa, Irán aumentará su capacidad nuclear hasta un nivel jamás visto, una medida que sin duda hará temblar a Israel.
Israel afirmó que había bombardeado cientos de objetivos en Siria durante la guerra, para destruir la infraestructura militar del ejército sirio y los misiles de precisión recién entregados por Irán. Su objetivo primordial era expulsar a Irán de Siria. Para lograrlo, Israel utiliza más de una docena de aeropuertos y bases militares estadounidenses establecidas ilegalmente en el noreste de Siria. Israel utilizó el cruce de fronteras entre Irak y Siria en al-Tanf/al-Waleed (bajo la ocupación estadounidense.) para sobrevolar y atacar objetivos de Siria. La ocupación de los territorios sirios por parte de las fuerzas estadounidenses está en sintonía con los objetivos israelíes de impedir la recuperación de la economía siria y el retorno del intercambio comercial sirio-iraquí. También perturba el flujo de armas de Irán a Siria y Líbano a través de al-Tanf. Sin embargo, Irán y sus aliados liberaron el cruce de al-Bukamalmás al norte y lograron asegurar un suministro fluido en esta carretera entre Irak, y Siria y Líbano.
El bombardeo israelí no impidió que Irán estableciera bases estables en Siria y relaciones sólidas con muchos grupos sirios que se beneficiaron del apoyo iraní durante la larga guerra. Irán ha establecido una sólida relación con Siria y así aseguró una relación estratégica estable al lado de Israel, haciendo inútil la campaña de bombardeo israelí. Puede que sólo haya pospuesto lo inevitable: Irán está en Siria para quedarse, con un nuevo aliado bien armado y fiable que responderá a las prioridades de Damasco.El bombardeo israelí en Siria mató a un militante Hezbolá libanés a mediados de 2020. Desde entonces, el Secretario General Sayyed Hassan Nasrallah prometió devolvérsela a Israel y matar a personal militar israelí. Israel dejó de bombardear cualquier convoy de Hezbolá, los cuales siguieron con sus actividades bajo los ojos vigilantes pero impotentes de Israel. La disuasión impuesta por Hezbolá sobre Israel paralizó al mando israelí. Le impidió bombardear
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