La guerra del Mossad israelí y el servicio de inteligencia de Hezbolá 1/3

Mujeres, dinero, venganza y posición de liderazgo son las motivaciones del espionaje

Escrito por – Elijah J. Magnier:

La “guerra de cerebros” o la “guerra de inteligencia” entre el Mossad israelí y la rama de “Antiterrorismo y Espionaje” del Hezbolá libanés nunca ha cesado, independientemente de la evolución política de Oriente Próximo. Tanto si las posibilidades de guerra están lejos como si están muy cerca, o si el número de colaboradores y agentes aumenta o disminuye, ambos servicios de inteligencia son incansables en su actividad mutua. Algunas de estas actividades tuvieron mucho éxito, y otras fueron menos llamativas. Sin embargo, después de cada caso de espionaje con éxito, ambas partes parten de cero para reconstruir el secreto y endurecer las contramedidas para reducir los daños.

Israel necesita actualizar continuamente su banco de objetivos y tener acceso a las capacidades de su enemigo (Hezbolá) y a la ubicación de sus almacenes militares. Israel se esfuerza por frustrar los planes de Hezbolá de introducirse en la sociedad israelí o en su organización militar, golpear la estructura militar de alto valor y asesinar a sus altos dirigentes. Hezbolá también se dedica a entablar relaciones con agentes israelíes, a encontrar una red de aliados palestinos que puedan perjudicar a Israel, o a conocer los movimientos de los dirigentes israelíes y actualizar la información de los jefes militares cada vez que se produce algún cambio en la estructura o en los objetivos. Hezbolá también busca diligentemente dentro de la red de la organización y entre los dirigentes que tienen acceso a información sensible para crear “cajas” independientes para sus ramas y vigilar de cerca cualquier cambio de comportamiento o patrimonio de sus oficiales.

¿Qué son los golpes de espionaje más destacados en este conflicto en curso entre los dos servicios de inteligencia que no revelan sus actividades a menos que sea para cumplir un objetivo político?

Los espías recopilan la información secreta del adversario o enemigo a través de numerosos canales, principalmente a través de Internet como medio seguro de comunicación y de la comunicación social como fuente de información y canal de reclutamiento. Sin embargo, la información electrónica o los medios sociales nunca han sido una única herramienta de espionaje ideal para recopilar información como sustituto del elemento humano que puede acceder físicamente a la información sensible allí donde las señales electrónicas están prohibidas. Con la tecnología más avanzada, se puede acceder incluso a sistemas de comunicación de circuito cerrado o a ordenadores desconectados de Internet. Los servicios de inteligencia han encontrado la manera de introducir físicamente virus en sistemas cerrados. Aun así, siempre es necesaria la intervención humana física para recuperar los datos recogidos y cambiar la memoria implantada, a menos que se oculten virus destructivos para arrasar el sistema. Los servicios de inteligencia extranjeros han utilizado esto último en muchas ocasiones, sobre todo contra los reactores nucleares y otras infraestructuras de Irán, para crear daños importantes o retrasar un programa secreto.En el caso de Hezbolá, se han adoptado precauciones especiales para impedir el acceso de dispositivos electrónicos o teléfonos móviles a unidades sensibles. Sin embargo, estas precauciones no siempre se respetan, lo que ofrece al enemigo una oportunidad de oro para localizar unidades y concentraciones concretas. Turquía utilizó la interceptación de teléfonos móviles de militantes de Hezbolá en la batalla de Idlib, matando a decenas de 

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