Por Elijah J. Magnier: @ejmalrai
El 9 de mayo de 2008, la embajadora estadounidense (que en ese momento era Encargada de Negocios) Michele J. Sison envió una carta a sus superiores y a otras oficinas de seguridad de los Estados Unidos en relación con su reunión con el líder cristiano libanés de las “Fuerzas Libanesas” (FL) Samir Geagea, líder de las “Fuerzas Libanesas”. Geagea le había dicho a Sison que tenía de 7.000 a 10.000 combatientes listos para luchar contra Hezbollah y que, si el aeropuerto se cerraba, se podría facilitar la recepción de armas a través de las carreteras anfibias. “El documento con el número O8 Beirut 642-a, filtrado por Wikileaks, indica que Geagea había solicitado la intervención de fuerzas árabes que podrían poner a Hezbollah en problemas”. Los medios locales informaron que el líder druso libanés Walid Jumblatt dijo que Geagea tenía “15.000 combatientes listos para la guerra”. “Esta información ya estaba disponible y fue publicada en agosto pasado (2020). ¿Significa esto que mientras tanto, el cantón cristiano se ha convertido en el centro de un proyecto realista que lleva a la partición del Líbano?
Fuentes del “Eje de la Resistencia” han dicho que “el establecimiento de un cantón cristiano en el Líbano nunca es posible porque las regiones libanesas cristianas no están controladas por una sola parte, sino por múltiples grupos que se oponen al proyecto de dividir el Líbano en regiones y estados”. “Las “Fuerzas Libanesas” (FL) tienen cierto control y el “Movimiento Patriótico Libre” (FPM) tiene una presencia más crítica y un mayor número de partidarios. Además, hay otros cristianos que están en contra del FL: el Partido Nacional Social Sirio y el Movimiento Marada liderado por el ex ministro Suleiman Franjieh. Estos podrían contar con Hezbollah como su aliado si fuera necesario e incluso si el ejército libanés se mantuviera neutral y no impidiera la ocupación de sus almacenes. La unidad de fragilidad del Ejército Libanés no es un secreto en un país todavía afectado por la guerra civil; el sistema confesional no ha ayudado a curar las heridas domésticas.
El grupo de las “Fuerzas Libanesas” (FL) no posee las armas necesarias para hacer la guerra a una escala similar a la guerra civil libanesa de 1975 a 1989. El suministro de armamento de las FL depende del asalto a los depósitos del ejército libanés y del acceso a la munición proporcionada por los EE.UU. Washington impone al Líbano que las armas donadas al ejército libanés se almacenen en zonas cristianas, con el pretexto de que deben mantenerse fuera del alcance de Hezbolá y lejos de sus zonas de control. En consecuencia, los grupos locales pueden creer que su dependencia de las armas ligeras, medianas y pesadas (así como el apoyo regional e internacional) bastaría para iniciar una mini-guerra y crear una “pequeña confederación” en el Líbano. Sin embargo, para tener éxito en este tipo de plan, el LF necesita un apoyo sustancial, no disponible por el momento, dentro del ejército libanés regular.Algunos creen que la creación de un cantón cristiano en el Líbano podría detener la emigración de los cristianos y hacer que esa parte del Líbano sea más atractiva para el mundo árabe y occidental:
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