¿Qué tan similares son las sanciones estadounidenses en Venezuela y Oriente Medio?

Venezuela, Caracas – Por Elijah J. Magnier
Traducido por Eli C. Casas

Venezuela se moviliza para las elecciones de este domingo para elegir 277 miembros del Parlamento de entre 14.400 candidatos de 107 partidos, grupos e independientes. La administración estadounidense y los líderes de la comunidad europea ya han rechazado y condenado los resultados de las elecciones, aunque estas no hayan tenido lugar aún. Esto se debe a que se espera que el Presidente Nicolás Maduro y su grupo político ganen: tienen una victoria garantizada debido al apoyo que disfrutan de la población. Washington acusa a Maduro de fingir las elecciones que se van a celebrar, ignorando increíblemente que su propia casa es de cristal y que fue profundamente dañada en las últimas elecciones. El presidente Donald Trump las acusó de “falsas”, proclamándose ganador a pesar de que el país había anunciado los resultados de todos los estados, dando la victoria general a Joe Biden (y, por lo tanto, la derrota de Trump). Para Venezuela, Trump y Biden son dos caras de la misma moneda. Por lo tanto, Venezuela no espera ningún levantamiento de las sanciones impuestas por la administración de Trump. Esa administración disfrutó imponiendo sanciones en todas las direcciones y en todo el mundo contra quienes se negaban a someterse a su voluntad y a la de Israel. Por supuesto, Venezuela se encuentra en el patio trasero de los EE. UU. y cualquier rebelión contra su voluntad es inaceptable. Rebelión entendida como desobediencia y deslealtad al Tío Sam.


Lo que la administración estadounidense ha hecho a Venezuela representa décadas de una práctica ya ejercida en el resto del mundo y en particular en Oriente Medio (Irán, Siria y el Líbano). Así, se imponen sanciones ilegales al petróleo venezolano, a los buques cisterna, a los bancos, a las piezas de repuesto, a los suministros médicos, a los alimentos, a las personas y a todo tipo de mercancías. Los activos venezolanos de la venta de petróleo han sido bloqueados por EE. UU. y el oro venezolano congelado por el Reino Unido. Estos activos fueron asignados ilegalmente para apoyar a Juan Guaidó, a quien Occidente decidió nombrarlo “el Presidente no electo de Venezuela”.


El presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaidó: América y otros 50 países europeos y no comunitarios decidieron – bajo la presión de Washington – declararlo “presidente electo no democrático” del país – porque es “el niño obediente de Occidente”. Del mismo modo que la organización “Mujahideen Khalq” en Irán y la inversión que Washington gastó en el Líbano (diez mil millones de dólares) para socavar y derrotar a Hezbolá, funcionan fomentando inestabilidad doméstica. Estados Unidos no dudará en establecer un “ejército electrónico” y empujar a los opositores venezolanos del régimen a atacar, lavando el cerebro a lectores de toda condición.
Guaidó llegó a exigir una intervención armada de EE. UU. en su país. Esta es una táctica que ha utilizado durante décadas, siendo la otra opción una guerra civil (como en el Líbano). Los Estados Unidos acusó Venezuela de ser un bastión de la corrupción, olvidando convenientemente que la corrupción no es precisamente una preocupación prioritaria de los EE. UU. para con sus aliados…

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