El atolladero de Gaza: La guerra mediática y psicológica y el liderazgo de Netanyahu bajo el microscopio

Por Elijah J. Magnier

El desarrollo de la situación en Gaza es un testimonio de las complejidades de la guerra moderna y del indomable espíritu de resistencia. Es innegable que la ofensiva terrestre de Israel, denominada diplomáticamente “operación terrestre”, está progresando, especialmente en el frente de la ciudad de Gaza. Sin embargo, las tácticas utilizadas revelan una intención estratégica más profunda.

En un movimiento calculado, los tanques israelíes están intentando activamente dividir Gaza. Sus operaciones en el barrio de Al-Zaytoun, Hay al-Tuffah y Hay al-Shujaiya (norte de Gaza) pretenden romper el vínculo entre las zonas norte y sur de la ciudad. Al mismo tiempo, su presencia en el barrio de Shujaiya está marcada por continuas maniobras y bombardeos selectivos, lo que indica su intención de entrar a pie en estas zonas.

La estrategia va más allá de las meras ganancias territoriales. Al atacar tanto zonas parcialmente pobladas como desiertas, Israel intenta allanar el camino a sus fuerzas terrestres en su avance hacia la calle Salah al-Din, que divide la ciudad de norte a sur. El objetivo es aislar ciertas partes de la ciudad, dividiéndola de hecho. Esta táctica está impulsada por el desalentador reto de ocupar la totalidad de la ciudad de Gaza. Esta tarea no sólo supone un reto logístico, sino que también requiere un calendario y un plan claros y viables para la futura gobernanza. Israel está lejos de estar preparado para un plan similar.

Sin embargo, en medio de esta embestida militar, la Resistencia palestina ha llevado a cabo operaciones que han afectado profundamente a la moral israelí. Su resistencia y determinación son un duro contrapunto al poderío militar de Israel, subrayando el viejo adagio de que el espíritu humano puede triunfar a menudo sobre probabilidades abrumadoras.

En el escenario de guerra de Gaza, en constante evolución, la Resistencia palestina ha demostrado un nivel de ingenio táctico que ha mantenido en vilo a las fuerzas israelíes. Ante el avance de las unidades mecanizadas israelíes, la Resistencia ha dividido estratégicamente la ciudad en varios sectores defensivos, no sólo preparándose para la embestida mecanizada sino también anticipándose al avance terrestre de la infantería israelí.

Una notable operación de las Brigadas Al-Qassam, el ala militar de Hamás, es testimonio de esta habilidad táctica. El pasado domingo por la noche, lanzaron un ataque sorpresa contra las posiciones israelíes en el cruce de Erez. Saliendo de los túneles, atacaron una zona en la que había vehículos militares y tanques israelíes estacionados justo detrás de la valla de Gaza. Este descarado movimiento no sólo infligió daños sino que también echó por tierra la afirmación de Israel de haber neutralizado la amenaza de los túneles. Envió un mensaje claro: las zonas alrededor de Gaza que hasta entonces se habían considerado seguras eran cualquier cosa menos eso.

Las implicaciones de esta operación son profundas. La narrativa israelí de seguridad y dominio ha quedado en entredicho. El mero hecho de que la Resistencia palestina pueda emerger de túneles no descubiertos y golpear en el corazón de las concentraciones militares israelíes 24 días después del ataque del 7 de octubre socava la seguridad que Israel ha tratado de proporcionar a sus colonos.

La pregunta se cierne ahora sobre ellos: ¿Puede Israel garantizar la seguridad de los colonos en las ciudades y pueblos que conforman la envoltura de la Franja de Gaza? Las recientes operaciones de la Resistencia palestina sugieren lo contrario. Mientras la Resistencia pueda operar desde túneles no detectados y lanzar ataques sorpresa, la promesa de seguridad y protección para los colonos israelíes sigue estando en entredicho. Esta dinámica en evolución subraya los retos a los que se enfrenta Israel en su campaña y la resistencia y el ingenio de la Resistencia palestina.

En el complejo tapiz del conflicto en curso en Gaza, la operación de la Resistencia palestina en el cruce de Erez destaca no sólo por su ejecución táctica sino también por su profundo significado simbólico. Aunque las bajas tangibles infligidas por esta operación son dignas de mención, su impacto más profundo reside en el mensaje que envía a los militares y colonos israelíes: la ilusión de seguridad, incluso en zonas supuestamente seguras y bien vigiladas, se ha hecho añicos.

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